El Husky Siberiano es un perro de trabajo compacto, ligero y de tamaño mediano. Su aspecto marcadamente lobuno es un indicador de la herencia nórdica del Husky Siberiano, al igual que de otras razas de perros tipo Spitz.
Desde la más remota antigüedad, varias tribus de tipo esquimal de Siberia usaban perros para unas funciones específicas en la vida diaria. Estos perros eran esenciales para la supervivencia de las personas, ya que llevaban a cabo tareas vitales que incluían acompañar a los cazadores, olfatear rastros y ayudar a transportar el alimento de vuelta a los poblados. Todos los perros de tipo nórdico eran similares en el sentido en que eran perros de tipo chacal que, en algún momento, habían sido cruzados con lobos árticos. Por supuesto, esto fue hace muchos siglos, y a través de la cría cuidadosa y de la conservación de líneas de sangre pura, el «lobo» fue eliminado del perro.
En Siberia, los ancestros del Husky fueron usados en su origen para cazar, hasta que se les encontró otro uso. Cada tribu criaba y mantenía a su propio tipo específico de perro. Estos perros nórdicos acabaron dando lugar a diferentes razas que conocemos hoy día: el Alaskan Malamute, el Eskimo y el Samoyedo, por nombrar a unos pocos.
El origen del Husky Siberiano está ligado a la historia de un pueblo indómito; los Chukchis Este pueblo a sobrevivido de forma autónoma sólo gracias a sus perros y a su maestría en la conducción de trineos. En la época zarista (1742) los Chukchis consiguieron sobrevivir a un intento de genocidio de los rusos, que los vencieron en 1747. Obtuvieron la independencia política en 1837; quedaron dispensados de todo tributo y prohibieron a los mismos rusos establecerse en sus territorios. Fueron los primeros criadores de Husky siberiano en el verdadero sentido de la palabra, aunque sus métodos puedan parecernos crueles. En su sociedad no era posible alimentar bocas inútiles: se mantenían con vida pocas hembras, las más vitales de nacimiento; la mayoría de los machos eran castrados y, después de la primera selección de caracteres y conducta, los sujetos descartados eran eliminados. Seleccionaban a los perros basándose en su conducta en el trineo y no en su apariencia física: debían ser pequeños y veloces, con una resistencia extraodinaria y en condiciones de afrontar cualquier recorrido. También los “yakuty”, los “yukaghiry”, los “koriki” y los “itelmen” de Kamchatka eran válidos conductores de trineo, pero no gozaban de la misma fama como criadores, y los perros más buscados y comercializados, en ocasión de ferias y mercados, eran los “pequeños perros de los Chukchis .”
El Husky, al que en aquellos tiempos se llamaba Chukchi Siberiano o sencillamente Chukchi, fue criado sobre todo para la resistencia más que para la velocidad o para la fuerza. Los perros eran criados específicamente para tirar de cargas ligeras a una velocidad media. Las cargas más pesadas requerían equipos de perros. Lo más importante fue que eran capaces de aguantar las largas distancias y de transportar su cargamento intacto.
Hoy día, la raza es considerada como una de las más amistosa y especialmente conocida por ser buena con los niños. Esto tiene mucho que ver con la manera en que los componentes de las tribus trataban a los perros. Las mujeres y los niños Chukchis eran los responsables de su cuidado diario, así pues los perros se adaptaron a la vida familiar y se acostumbraron a relacionarse mucho con las personas. Se animaba a los niños a jugar con los perros. Se consideraba a los Husky Siberiano de hoy día como excelentes mascotas caseras: muy juguetones y siempre dispuestos a hacer un nuevo amigo.
A partir de 1908 el Husky Siberiano fue importado desde Siberia hasta Alaska, donde ganó popularidad como perro de trineo, El Husky Siberiano es más rápido que la raza de perro Malamute de Alaska
En la 2da Guerra Mundial el Husky Siberiano fue empleado por el ejército E.U.A. en operaciones de búsqueda y rescate en las regiones árticas.
GRAN CARRERA DEL SUERO
Una historia muy conocida que documenta la inigualable habilidad del Husky como perro de trineo es la historia de lo que se ha dado en conocer como la «Gran Carrera del Suero» de 1925. Una epidemia de difteria en Nome, Alaska, requería de la llegada de la antitoxina para prevenir la propagación de la enfermedad, pero las severas condiciones climáticas hicieron imposible transportarla por aire. El aprovisionamiento de suero más cercano, que estaba en Anchorage, Alaska, sólo podía ser llevado por tren hasta la ciudad de Nenana, pero todavía quedaban más de 1.000 km de viaje hasta Nome.
La única manera de cubrir la distancia que quedaba era usando equipos de perros de trineo. Los equipos de relevos cubrieron la distancia en sólo cinco días y medio, lo que suponía un tiempo admirablemente corto para cubrir dicha distancia, y el suero llegó a Nome a tiempo para salvar a la gente de lo que hubiera resultado en una muerte segura.
Los relatos de la increíble resistencia y del heroísmo con temperaturas bajo cero y en condiciones de ventiscas corrieron como pólvora. Dos conductores en particular, Gunnar Kasan y Leonard Seppala, que usaban equipos de Siberian Husky, se volvieron muy conocidos. El equipo de Kasan fue el último equipo de relevos, el equipo que hizo entrega del suero en Nome, el 2 de febrero de 1925. Su perro líder, Balto, que ya había probado su valía como perro de trineo y como rastreador muchas veces, fue reconocido como mejor perro líder de Alaska. Hoy día, la estatua de Balto se erige en el Central Park de Nueva york como conmemoración para todos aquellos perros que participaron en la epopeya.
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